Reemplazable: Sustituir algo por otra cosa, poner en su lugar otra que haga sus veces (RAE)
Llega el verano, los puestos de helados se llenan, pero aún sigues teniendo calor. Es un ligero calmante que no soluciona el problema, el problema es el ambiente, tú no lo puedes controlar pero te afecta directamente a ti.
En un mundo perfecto, en una felicidad superficial se esconden historias que descolocan toda esa estructura de sociabilidad. Inseguridad, dudas, y algo que desconces hace que se fastidien las cosas. Nunca eres suficiente, no sabes abrazar, no sabes despertar emociones, no sabes cómo llegar al final, no sabes qué detalles hacer, no encuentras el término justo, siempre es demasiado, y nunca suficiente. Los esfuerzos se pierden , la ilusión divaga, pero entre toda esta energía malgastada en contentar a la gente, en encontrar el cariño de alguien, en las ganas de ser querida, algo falla y no sé qué es, confundida y perdida en un laberinto de hipótesis solo me queda derrumbarme y saber que nunca será suficiente, que tu esperanza de que va a cambiar lleva mucho tiempo enterrada y ni siquiera me he dignado a llevarle un ramo de flores.
David y Robert son dos gestores culturales, o más bien, unas mentes inquietas llenas de ideas artísticas con un compromiso social.
Hace un tiempo idearon su proyecto: _________________________________________________________________ Partir hacia Pécs (Capital Cultural Europea 2010), Hungria, para realizar un proyecto cultural. Vamos llevar a cabo un taller audio-visual con gitanos y hungaros de 16 años y grabar un documental sobre el intento de una ciudad post-industrial que quiere transformarse hacia una “creative-city” financiado por parte de la UE....lo que es más bien un medio fracaso. El segundo tema son las circumstancias socio-culturales de los gitanos en Pécs que son más que precarias. ________________________________________________________________
A pesar de haber removido cielo y tierra para conseguir financiación, no han podido, por eso ahora recurren a la buena fe de la gente.
Pidiendo un préstamo de video-cameras para el periodo del 4. Junio al 18. Junio. No tienen que ser muy buenas, más bien que funcionan para que los chavales pueden grabar su barrio, hacer entrevistas y descubrir su ambito urbano a tráves de la camera.
Si os animáis a ayudarles, y a aparecer en los créditos. Sería un enorme placer. Como no sé si me dejan dar sus mails, os dejo uno mío y os pongo en contacto:
Ilusiones que se mantienen despiertas con la esperanza de que va a pasar algo grande a través de los pequeños detalles. Realidades oníricas se empapan de la ficcionaria verdad que nos empaña los cristales de una visión distorsionada que de lo absurda que es tiene un gran sentido. Casualidades que se esfuman en una tormenta de ideas.
Risas nerviosas delatan emociones que guardamos bajo llave. Un camino incierto, largo cubierto de hojas otoñales que se caen de los árboles, una crack crack de las pisadas, unos pies descalzos que sin sentir dolor alguno son capaces de correr barriendo esas hojas, abriendo el paso a los que vienen detrás, pero sin poder alcanzar a quién está delante. ¡Qué más da a dónde vayamos!¡Qué más da a dónde lleguemos! lo importante es que me quedaré con algo.
Sábado por la noche. Se oye el ruido de la gran ciudad que no duerme, pero en el interior de las cuatro paredes en las que me escondo de todo, estoy apunto de nombrar al silencio el gobernador, pero el ruido camina de puntillas por la oscuridad del largo pasillo. A pesar de estar tumbada en la cama, con una luz tenue, me levanto, creyéndome valiente, consigo apagar el motor generador de ese ruido que me molesta, pero cuando me enfrento al silencio, inmenso e incómodo, me siento sola y aterrada.
Mis movimientos estaban predestinados, como si fuera una marioneta, en vez de enfrentarme al silencio escupo palabras para matar la soledad. Cada dificultad que encuentro en el camino es una semilla que siembro en la tierra de pesadillas que abono con el miedo y riego con el llanto. Tras unos días de un ritmo acelerado, decido pararme, el tiempo ha perdido su valor, hago el amago de pensar, soy incapaz, a mi alrededor un huerto oscuro, fúnebre y en mi interior un vacío inmenso. Una vida social satisfactoria, tanto que he descuidado mi persona, formo parte de un todo y yo siendo la nada, sin nada que aportar, sin nada que opinar, sin nada que ofrecer, simplemente un ente que vaga como si de una sombra se tratase. Cobarde, sin ganas, perezosa de tener que encontrar lo que pueda valer para rellenar mi interior, de satisfaccer las inquietudes que me pedi el corazón y restringe la razón. Sin ser consciente sigo regando y sembrando en ese terreno desconocido que durante tantos años he estado trabajando y cuando lo veo quiero quemarlo, que desaparezca en un segundo, pero hasta para eso soy una cobarde.
Se hace el silencio, me siento cómoda, tranquila, relajada, la tierra de pesadillas no me parece tan horrible, tiene su encanto, tengo otra perspectiva, tal vez no sea el lugar perfecto, pero entre sus despojos me tumbo, no es confortable, pero tampoco angustioso, no es un palacio, pero es mío, hallada como si estuviera muerta nadie molesta, sonrio levemente, cierro los ojos, agoto mi respiración para mimar al silencio, he encontrado un lugar donde todo lo que haga es perfecto, donde no molesto, donde la desesperación pone las reglas, donde la ciudad se aleja, donde no hace falta estar vivo para ser aceptado, donde no hay leyes, solo costumbres. Alejada de la realidad, me doy cuenta que ese terreno forma parte de mí, no lo puedo eliminar sólo convertir en mi hogar, buscando en las pequeñas cosas esos detalles que hacen que un lugar sea diferente, tenga personalidad, confortable y sea tu seña de identidad.
*Mirar con la perspectiva adecuada en la oscuridad es aprender a andar sin tropezar*
Lloran los felices, Ríen los amargos, Sueñan los realistas, Ganan los tiranos. El mundo se da la vuelta, Las cosas pierden sentido ya no hay sangre en mis venas me congelo en tu ausencia.
No recuerdo ser feliz, no recuerdo tener pasado, no siento tener vida, aunque noto el dolor de haber sido algo.
Una piedra en la espalda, una barrera delante mía, un agujero donde me siento dejando las ilusiones al otro lado que poco a poco se van quemando.
Cinco minutos para escribir algo, cinco minutos para el desahogo, cinco minutos con voz, para en un segundo que empiece la destrucción. Llantos y risas, realidades y sueños, esperanzas y ruinas, enemigos y conocidos, vueltas y giros, rotos y arreglos, palabras que suenan sin sentido alguno, pero en el inconsciente bailan construyendo el puzzle que en la fase rem vives, pero cuando despiertas arde lentamente dejando secuelas.
Locura o cordura, dos puntos de vista enfrentados, la verdad se ríe de nosotros jugando con la subjetividad, la indecisión y la inseguridad se abrazan a ti conviertiéndose en la piedra que te impide avanzar. El miedo la barrera que no sabes como romper y la agonía de vivir sin saber cómo hacerlo te ahoga dulcemente arañándote entre caricias.
Burbujas que relajan, entretienen a los niños, despiertan la inocencia de lo que fuimos y dejamos escapar, flotan en el aire y ya no queremos explotar.
Me despierto un lunes pensando que es domingo, salto hacia abajo para no rozarme con el silencio de mi habitación, levanto la persiana pero la luz es oscura, el aire apenas respirable, la ciudad despierta pero soy ajena a ella.
En el corazón caben muchas cosas, metida en una burbuja selecciono todas aquellas que nunca reciclaré, y muchas que no volveré a tocar, encierro recuerdos del pasado que no componen el presente y dejo para el futuro un vacío con un espejo que refleje lo que fuí, ser consciente de mis errores y volverlos a cometer sin miedo a desangrarme y retorcerme en la agonía que me ahoga cuando pienso en lo que tengo.
Explotando burbujas en el aire donde flotan mis anhelos, duermen mis sueños y descansa la esperanza, tiro por la ventana el puzzle que llevo componiendo toda mi vida, perdiendo las piezas centrales, que con el vaivén giratorio del mundo se esconden para siempre en los rincones favoritos del dolor. No importa no terminarlo, pues soy la chica de las historias incompletas ausente de objetivos.
Marco cada paso temblando, hundiéndome en arenas movedizas que me tragan lentamente...
Explotando las burbujas que sustentan mi equilibio.
